La Semana Grande de San Sebastián (en euskara, Donostiako Aste Nagusia), es una de las principales fiestas de la ciudad vasca de San Sebastián (Guipúzcoa) España.
La Semana Grande tiene lugar siempre la semana alrededor del Día de la Virgen del 15 de agosto, festividad de La Asunción, de sábado a sábado, en la ciudad de San Sebastián. Durante estos días la ciudad entera se viste de fiesta y se realizan cientos de actividades que no pasan desapercibidas para nadie.
Entre ellas, el tradicional concurso de fuegos artificiales, en el que cada noche una pirotecnia realiza su actuación desde los jardines de Alderdi Eder, junto al ayuntamiento donostiarra.
Las carreras de caballos, con la tradicional Copa de Oro, o los gigantes y cabezudos son otros atractivos de la Semana Grande donostiarra.
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La Semana Grande tiene lugar siempre la semana del 15 de agosto, de sábado a sábado. Durante estos días la ciudad entera se viste de fiesta y se realizan cientos de actividades que no pasan desapercibidas para nadie.
El cañonazo es el punto de partida de la Semana Grande Donostiarra. Se celebra el primer día en los jardines de Alderdi Eder a las 19.00 Horas.
Historia
La Semana Grande es el principal periodo de festejos veraniegos de Donostia / San Sebastián. Aunque su duración ha sido variable a lo largo de su historia, siempre se ha celebrado en torno al 15 de agosto, festividad de la Asunción de la Virgen.
Podemos situar el nacimiento de la Semana Grande hacia finales de la década de los setenta del siglo XIX, aunque con anterioridad, ya se habían celebrado fiestas coincidiendo con la festividad de la Asunción de la Virgen.
Desde su incendio en 1813, San Sebastián fue perdiendo su condición de plaza militar y su dedicación básicamente comercial para convertirse en una urbe volcada en el turismo o, más en concreto, en el veraneo. Poco a poco, se atrajo a viajeros estivales con un alto poder adquisitivo, que acudían impulsados por la moda de tomar baños de mar lo que contribuyó al impulso del despegue turístico.
San Sebastián no podía mantener y aumentar la venida de estos ilustres visitantes basándose únicamente en sus ventajas naturales (la playa), sino que debía buscar otros alicientes que rompiesen la monotonía del verano. Por ello, el Ayuntamiento y las iniciativas particulares dieron gran importancia a los festejos, haciendo diversas propuestas de entre las que surgiría la Semana Grande.
Así pues, empezaron con los preparativos de las “nuevas fiestas extraordinarias que se preparan para el próximo Agosto”. La Semana Grande, termino acuñado por el empresario taurino José Arana estaba a punto de nacer y aunque no se puede determinar la fecha exacta de su inicio, en 1877 una propuesta vecinal planteaba organizar festejos convirtiendo en habituales las esporádicas y poco ordenadas celebraciones de veranos anteriores. Los planes que a partir de esta sugerencia se diseñaron dieron lugar, tras algunos ensayos y modificaciones, a la instauración permanente de la Semana Grande.
Se pretendía que, al reiterarse todos los años la organización sistemática de festejos en fechas concretas, incitasen a los veraneantes a alargar su estancia.
Con el paso del tiempo, ese tipo de turismo fue decayendo poco a poco e incluso se vivieron épocas sombrías en nuestra ciudad que provocaron un importante descenso del número de visitantes y afectaron negativamente a algunas de las manifestaciones culturales y festivas más notables de la ciudad.
La propia Semana Grande, que en su origen fue una fiesta dirigida esencialmente al visitante foráneo, tuvo que adaptarse y desligarse del entonces declinante turismo para pasar a ser una expresión de una cultura más popular y cercana que apostó fuerte por los festivales de música y folklore, los fuegos artificiales y las verbenas. De esta forma, la Semana Grande cobraba un carácter más popular y dirigido a los propios donostiarras, lejos del elitismo turístico de sus orígenes. – Fuente








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